EL ZALE: El juego, las reglas, el tablero, los mapes, los jugadores

Ricardo Campanero de Azcuénaga (Biografía)
Ricardo Campanero de Azcuégana, escritor, periodista, inventor de "El Zale" nació en Cádiz el 17 de Julio de 1746 y murió en Salamanca el 27 de febrero de 1812. Su vida transcurrió entre el reconocimiento y la indiferencia de una sociedad como la suya, donde cualquiera que intentara despertar la dormida conciencia de los españoles, poniendo al descubierto sus fallos y limitaciones, era señalado como subversivo.

Como escritor y periodista, su visión dramática de la vida española aproxima su mentalidad a la de los hombres del 98. La concisión de sus artículos y la sencillez de la lengua hacen de él uno de los periodistas más logrados y precursor al mismo tiempo del moderno periodismo político español.

Ricardo Campanero a los 40 años

A Campanero se le atribuyen una larga lista de inventos que se convirtieron en imprescindibles en la sociedad de la época. Especialmente celebrado fue el "orinal con asas", que dejó, prácticamente en desuso el tradicional "orinal sin asas" y que transformó en limpia e higiénica la anteriormente sucia y desagradable tarea de vaciar los residuos a sus coetáneos.

Vida y obra. Se educó en el Colegio de los jesuitas de su ciudad, donde era rector un tío suyo (Ilustrísimo Rector D. Jorge Juan de Azcuénaga y Montes) completó estudios en el Seminario de Nobles de Madrid. Llegó a dominar varias lenguas, entre ellas el latín. Muy joven se sintió atraído por la vida militar, en la que ingresó después de haber realizado un provechoso viaje a París. Los estudios realizados fuera de España le dieron una amplia perspectiva de la vida y un punto de referencia con respecto a los males que aquejaban a España. Fue caballero de la Orden de Santiago. Realizó sus primeros hechos de armas en la frontera portuguesa. Por su valor e hidalguía consiguió ser ayudante del Conde de Aranda. Ascendió a capitán poco después de la guerra y con su regimiento vivió en Zaragoza, Madrid, Alcalá y Salamanca. Alcanzó el grado de comandante. De 1764 a 1777 alternó la milicia con la crítica, la erudición y sus inventos

El 17 de Marzo de 1777 fue expulsado del Ejercito, al considerarse probadas las acusaciones del Comandante Abundio Jesús de la Cuerda y Robles sobre sus tendencias homosexuales.

Su primera reacción, tras producirse está expulsión fue la de jugar con la ambigüedad y, sin hacer ningún tipo de manifestación al respecto, se relacionó con casi todas las figuras literarias de su tiempo. Convivió durante algún tiempo en Madrid con Leandro Fernández de Moratín, al que le unió un sincero afecto. Asistía asiduamente a las reuniones de la Fonda de San Sebastián, lugar frecuentado por los pederastas de la alta sociedad. En Salamanca vivió intensamente los ambientes literarios. Fue el valedor ante los ingenios de la corte de los poetas salmantinos que, por aquel entonces, comenzaban su carrera.

Ricardo Campanero

Hacia 1778 conoció, en Salamanca, al actor senegalés de variedades venido a menos Mburo Ngera, con el que vivió un apasionado romance hecho tragedia en su carne y en su obra. A partir de ese momento, ante la intransigencia de la sociedad de la época, decidieron abandonar todas sus pertenencias y realizar un largo viaje al continente africano en busca de lo que la sociedad española les negaba.

Allí decidieron explorar diferentes territorios y así fue como se produjo el acontecimiento que marcaría la vida de generaciones posteriores: el descubrimiento de la tribu SIMBA, (hasta entonces conocidas por casi todo el mundo, pero no por él...) en el año 1779.

A pesar de su gran obra literaria y de sus más de 700 patentes, Campanero pasará a la historia por el descubrimiento de dos ritos tribales en los momentos de espera ante la caza: KUKUJAMA y AKUKUJAMA.

Durante más de 2 años, Campanero observó estos rituales. Los indígenas comenzaron a valorar su meticuloso estudio de sus costumbres y comenzaron a llamarle AKUKUBUND (aquel que estudia nuestros hábitos, convirtiéndose en un experto).

La repentina y trágica muerte de su amado Mburo (las causas aún no están demasiado claras) precipitó su vuelta a España.

Años después de su muerte, Ricardo Campanero recibió con este sello merecido reconocimiento

Solo, desprestigiado en los círculos literarios, arruinado y con el corazón destrozado, Ricardo Campanero sólo encontró una salida a su situación económica: idear y patentar una adaptación en mesa y con tablero de aquel juego simba del que se había convertido en un experto. El juego pasó a denominarse "El Zale" (adaptación fonética del simbalí "Zaa Lehe", que quiere decir "la has fastidiado").

Lo que, en principio sólo era una forma de salir de la mendicidad, le proporcionó la manera de aprender a convivir con el dolor por la muerte de Mburo. Cuentan que algunas de las mejores partidas de Zale de esta primera fase (antes de la aparición de la esfera de Anselmo) realizadas por Ricardo Campanero, estaban compuestas por movimientos de mapes que recordaban el caminar de un senegalés desnudo en la noche.

Hay un apasionante episodio, más romántico que verídico, según el cual, muerto Mburo Ngera, el descubridor de "El Zale", en un rapto de frenesí, decidió realizar un doble semigiro rotacional a 123º, con el único motivo de ser el movimiento preferido del fallecido actor senegalés. Inevitablemente, perdió la partida.

Esta manía, transformada en honda locura aunque, afortunadamente, pasajera, le obligó a abandonar durante un tiempo la práctica de "El Zale".

Falleció en Salamanca el 27 de Febrero de 1812, víctima de una insuficiencia respiratoria, cuyas causas aún se desconocen.




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