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A Campanero se le atribuyen una larga lista de inventos que se convirtieron en imprescindibles en la sociedad de la época. Especialmente celebrado fue el "orinal con asas", que dejó, prácticamente en desuso el tradicional "orinal sin asas" y que transformó en limpia e higiénica la anteriormente sucia y desagradable tarea de vaciar los residuos a sus coetáneos. Vida y obra. Se educó en el Colegio de los jesuitas de su ciudad, donde era rector un tío suyo (Ilustrísimo Rector D. Jorge Juan de Azcuénaga y Montes) completó estudios en el Seminario de Nobles de Madrid. Llegó a dominar varias lenguas, entre ellas el latín. Muy joven se sintió atraído por la vida militar, en la que ingresó después de haber realizado un provechoso viaje a París. Los estudios realizados fuera de España le dieron una amplia perspectiva de la vida y un punto de referencia con respecto a los males que aquejaban a España. Fue caballero de la Orden de Santiago. Realizó sus primeros hechos de armas en la frontera portuguesa. Por su valor e hidalguía consiguió ser ayudante del Conde de Aranda. Ascendió a capitán poco después de la guerra y con su regimiento vivió en Zaragoza, Madrid, Alcalá y Salamanca. Alcanzó el grado de comandante. De 1764 a 1777 alternó la milicia con la crítica, la erudición y sus inventos
Hacia 1778 conoció, en Salamanca, al actor senegalés de variedades venido a menos Mburo Ngera, con el que vivió un apasionado romance hecho tragedia en su carne y en su obra. A partir de ese momento, ante la intransigencia de la sociedad de la época, decidieron abandonar todas sus pertenencias y realizar un largo viaje al continente africano en busca de lo que la sociedad española les negaba. Allí decidieron explorar diferentes territorios y así fue como se produjo el acontecimiento que marcaría la vida de generaciones posteriores: el descubrimiento de la tribu SIMBA, (hasta entonces conocidas por casi todo el mundo, pero no por él...) en el año 1779. A pesar de su gran obra literaria y de sus más de 700 patentes, Campanero pasará a la historia por el descubrimiento de dos ritos tribales en los momentos de espera ante la caza: KUKUJAMA y AKUKUJAMA. Durante más de 2 años, Campanero observó estos rituales. Los indígenas comenzaron a valorar su meticuloso estudio de sus costumbres y comenzaron a llamarle AKUKUBUND (aquel que estudia nuestros hábitos, convirtiéndose en un experto).
Esta manía, transformada en honda locura aunque, afortunadamente, pasajera, le obligó a abandonar durante un tiempo la práctica de "El Zale". Falleció en Salamanca el 27 de Febrero de 1812, víctima de una insuficiencia respiratoria, cuyas causas aún se desconocen.
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